En dos entradas
anteriores explicaba un poco la ambientación del juego y daba un
repaso somero al sistema de juego. Ahora que conoces las reglas
quizás te interese saber las profesiones existentes en Aquelarre. La tercera edición de Aquelarre consta de cuarenta y cuatro profesiones (si no he contado mal) pero aquí
te comentamos solo unas pocas para que veas por donde van los tiros y puedas ir pensando que tipo de personaje te gustaría tener.
Alguacil. Como los actuales policías el
alguacil trabaja a las órdenes del concejo o del corregidor de una
ciudad y se encarga de velar por la seguridad de sus pobladores,
ejecutando las ordenes de jueces y tribunales y haciendo cumplir las
leyes del rey y del concejo dentro de sus muros.
Almogávar. Individuo de origen campesino que
dedica su vida a la guerra y saqueo del territorio enemigo. Son
agresivos y feroces en combate. Una fuerza temible en tiempos de
guerra pero poco más que bandidos y malhechores en tiempos de paz.
El personaje debe obligatoriamente ser del Reino de Aragón.
Alquimista. Esta profesión representa no
solo al alquimista paciente y dedicado en cuerpo y alma a desentrañar
todos los misterios del “ars alchimica”, sino también al
sabio y protocientífico medieval que observa y estudia los diversos
secretos de la naturaleza.
Artesano. Se denomina artesano a todo aquel
individuo que vive en una ciudad y se dedica a un oficio concreto:
alfarero, armero, carpintero, etc...
Bandido. Hablamos de un salteador de caminos. A diferencia del ladrón vive en un entorno rural y se dedica a robar en descampados.
Barbero Cirujano. Llamados también en la época “cirujanos de bata o traje corto” tanto se dedicaban a cortar el pelo y
hacer la barba como a llevar a cabo sangrías, extracciones de dientes y
muelas, colocación de sanguijuelas, amputaciones de miembros o
pequeñas operaciones quirúrgicas.
Brujo. Aunque temidos y
respetados debido a los poderes mágicos que todos creen que tienen,
acostumbran a recibir las visitas de sus vecinos ya que prepara
filtros de amor, cura enfermedades o lanza maldiciones. Su
conocimiento de la magia no deriva de teorías arcanas, sino de la
tradición popular y la superstición.
Cazador. Esta profesión engloba a todos
aquellos campesinos que sobreviven gracias a la caza, individuos
montaraces la mayor parte de las veces, criados en los bosques o
montes, y con poco contacto con sus congéneres.
Clérigo. Dentro de esta profesión se
incluye a todos aquellos que representan a la aristocracia
eclesiástica, como los obispos, arzobispos y altos funcionarios de
la Iglesia en general. El personaje ha de ser necesariamente noble.
Comerciante. Dentro de esta profesión
podemos encontrar desde el gran mercader que realiza grandes
transacciones con otros reinos, pasando por el que monopoliza la
aduana de una pequeña feria hasta el pequeño buhonero que viaja de
pueblo en pueblo vendiendo su mercancía. Es en suma, el hombre de
negocios medieval.
Cómico. Con éste nombre se conoce en el
medioevo a los actores, a todos aquellos que se gana la vida con la
interpretación, en su mayor parte realizando actuaciones de índole
religiosa o moralizante en fiestas y palacios, o trabajando como
simples comediantes que divierten al pueblo con burlas y comedias.
Cortesano. Cada una de las personas que viven
en la Corte se consideran cortesanos, nobles al servicio del rey o de
algunos de sus familiares o colaboradores. Acostumbran a tener unos
modales refinados, una amplia educación y gran capacidad para la
intriga y las confabulaciones.
Escriba. Con éste nombre se designa a todo
funcionario menor al servicio de comerciantes o cortesanos
influyentes, hábil con los números y las letras. Su labor es
similar a la de un secretario, pero también a la de un notario, ya
que redacta igualmente todo tipo de certificados y transacciones con
carácter oficial.
Goliardo. Termino utilizado para mencionar a
los monjes estudiantes de las primeras universidades controladas por
la Iglesia. Suelen ser jóvenes pícaros amorales, de costumbres
disolutas que se protegen en su condición de monjes para escapar de
la justicia seglar.
Infanzón. Con éste nombre se designa al
noble que vive por y para la guerra, un guerrero que sirve y protege
al señor del cual es vasallo. Son la piedra angular del sistema
feudal, lideres en la batalla y defensores de los valores que han
jurado cumplir desde su más tierna infancia.
Juglar. Se trata de un músico y narrador
errante que viaja de pueblo en pueblo para ganarse la vida, y
convierte cualquier calle o plaza en su escenario improvisado,
especialmente cuando se celebra alguna feria o festejo importante.
Ladrón. Personaje propio del contexto urbano
medieval que se gana la vida con el hurto y el robo, ya sea como un
brutal corta gargantas, o un corta bolsas de dedos ligeros y
presencia sigilosa.
Marinero. Todo aquel que trabaja y vive en
la cubierta de un barco, desde el simple pescador que todas las
mañanas zarpa en busca de sustento, hasta el comerciante que viaja
de puerto en puerto vendiendo sus mercancías, pasando por el
marinero que pasa meses y meses cuidando de las cubiertas e izando
las velas.
Médico. A diferencia del Barbero Cirujano,
el médico dispone de un conocimiento más académico basado en las
enseñanzas de Galeno. Cuenta por tanto con un estatus social
superior, aunque no es necesariamente más hábil en sus tareas.
Mendigo. Se trata de alguien que por
circunstancias de la vida se ve obligado a vivir de la caridad ajena.
Muchos de ellos utilizan todo tipo de artes y engaños para ganarse
el sustento diario: contar historias en las plazas, realizar pequeños
juegos malabares, tocar algún tosco instrumento, o directamente,
rapiñando de todos aquellos que estén a su alrededor.
Pastor. Gentes que se dedican a cuidar el
ganado, en la mayor parte de las veces propiedad de un noble o de la
Mesta, están acostumbrados a una vida dura, viviendo al raso,
guiándose por las estrellas y enfrentándose a animales salvajes.
Pirata. Donde los marineros representan a la
gente honrada que vive del mar, aquí tenemos a sus forajidos. Pueden
dedicarse a actividades honestas como el comercio, pero en su mayor
parte dedican sus esfuerzos al saqueo de otros barcos. Aquí nos
encontramos desde el pequeño pirata al servicio de otros, hasta el
que ha conseguido armar su propio barco con su tripulación.
Ramera. Tanto la más lujosa, como la que se
dedica a estar en un burdel propiedad de algún concejo, todas
encajan en esta profesión. Mejor consideradas en el medioevo que en
la actualidad, las rameras debían llevar el pelo suelto para indicar
su condición, ya que toda mujer decente lo llevaría recogido.
Sacerdote. Si los clérigos componen el alto
clero, los sacerdotes son el bajo. Ya sean párrocos de pueblo o de
la capilla de un noble, componen el grueso de los miembros del clero.
Soldado. El auténtico soldado profesional de
la época. Donde el Infanzón representa a la nobleza y viste atavíos
de la mejor calidad, el soldado representa al núcleo del ejercito de
la época y no por ello menos letal. Encaja en este oficio tanto el
mercenario al servicio del mejor postor como el miembro de una
guarnición regular.
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